Entre calaveras y calabazas: el poder de las marcas en una temporada de contrastes

Octubre y noviembre se unen en una de las temporadas más interesantes del calendario comercial. Dos celebraciones conviven con fuerza: Halloween, con su energía global, visual y festiva; y el Día de Muertos, con su raíz emocional, simbólica y profundamente mexicana.

Son dos miradas diferentes sobre la muerte, la memoria y el consumo. Dos maneras de conectar con audiencias que, aunque distintas, comparten una misma búsqueda: sentir, recordar y celebrar.

¿Hay más detrás de los disfraces y del delicioso pan de muerto?

Para las marcas, esta temporada es una oportunidad única. No solo se trata de vender disfraces, dulces o arreglos florales; se trata de interpretar el espíritu de la época y transformarlo en experiencias que conecten. Se tiene que generar publicidad con propósito.

Algunas marcas lo hacen desde la nostalgia, otras, desde la diversión. Pero las más memorables logran algo más. Su común denominador es que son aquellas que tratan de contar historias que equilibran el respeto y la creatividad.

Y ejemplos, hay muchos:

  • Cerveza Victoria ha convertido el Día de Muertos en parte esencial de su identidad, con campañas que honran la tradición y revalorizan la cultura mexicana a través de piezas con diseño de alto impacto.
  • Cinemex y Cinépolis suelen aprovechar Halloween para crear activaciones temáticas, maratones de terror y dinámicas digitales que atraen tanto a los fanáticos del cine como a quienes buscan experiencias.

Marcas internacionales como Starbucks, integran su identidad global lanzando ediciones especiales de productos con estética inspirada en la temporada: calabazas, colores cálidos y nombres alusivos.

Te toca a ti. ¿Con qué participará tu marca?


En todos los casos, hay un hilo común. La emoción como vehículo de conexión.

Entre la tradición y la tendencia, el reto que viven las marcas es no perder la autenticidad.
 

El Día de Muertos no puede convertirse solo en una excusa estética, es una tradición viva, reconocida por la UNESCO, que merece ser comunicada con respeto.


Mientras tanto, Halloween ofrece una narrativa más abierta y lúdica, donde la creatividad visual y la experimentación son protagonistas.


Las marcas más inteligentes logran moverse entre ambos mundos sin confundirse, aprovechando la estética del miedo y lo sentimental, pero comunicando desde el significado.

Esta temporada demuestra cómo el marketing puede ser una herramienta de diálogo cultural. Porque cuando una marca se suma al Día de Muertos o a Halloween, no solo entra en una fecha comercial, sino en una conversación sobre identidad, emociones y comunidad.

Aprovechar esta temporada es una oportunidad para construir branding emocional, conectar con nuevas audiencias y cerrar el año con mensajes que perduren más allá del consumo. 

Compartir Articulo: