De la tradición al brief: lo que las marcas deben cuestionarse

El 9 de agosto se conmemora el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Una fecha para reconocer su historia, tradiciones, aportaciones y, sobre todo, su derecho a existir y ser escuchados en sus propios términos. Sin embargo, a lo largo del tiempo hemos sido testigos de cómo muchas marcas convierten esta conmemoración en una estrategia de marketing que, lejos de honrar, reduce la identidad a un recurso visual o a un eslogan atractivo.

¿Cuándo la visibilidad se convierte en oportunismo?

La apropiación cultural no siempre grita. A veces se disfraza de colores llamativos, frases como «inspirado en» y una estética que cautiva, pero que oculta la ausencia de diálogo con las comunidades. El problema no es utilizar elementos culturales, sino hacerlo sin contexto, sin consentimiento y sin retribución.

Ejemplos sobran: desde colecciones de moda que replican bordados tradicionales sin reconocer a sus creadoras, hasta productos de belleza que emplean nombres en lenguas originarias solo para dar un «toque exótico». El resultado es una narrativa que borra en lugar de visibilizar.

Las marcas que sí están haciendo bien las cosas

Por fortuna, también hay iniciativas valiosas. Marcas que eligen co-crear en lugar de apropiarse, que establecen alianzas reales con artesanos y comunidades, que cuentan las historias con y no por los pueblos originarios.

Firmas como Levi’s, que ha colaborado con colectivos textiles indígenas para desarrollar ediciones especiales, o Ceremonia, una marca de cuidado capilar que integra elementos culturales desde una mirada respetuosa y con voceros auténticos, demuestran que sí es posible construir desde el respeto.

Cuestionar desde el brief

Como marcas y agencias, tenemos la responsabilidad de hacernos preguntas incómodas:

  • ¿Nos estamos inspirando o apropiando?
  • ¿A quién beneficia esta campaña?
  • ¿Estamos dejando algo tangible a las comunidades representadas?

Porque al final, no se trata solo de «representar». Se trata de incluir, retribuir y construir juntos.

El reconocimiento también es parte de la estrategia

Este 9 de agosto, el mejor homenaje que puede hacer una marca es escuchar. No hablar por otros, no usar para adornar, no romantizar. Escuchar, colaborar, ceder el micrófono.

La cultura no es tendencia. Es historia, es identidad, es presente vivo. Y si una marca decide tomarla como inspiración, también debe asumir la responsabilidad de honrarla.

Por Denisse Rodríguez

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