
Agosto llega con listas de útiles, mochilas nuevas, zapatos escolares, promociones multicolor y familias ajustando los poróximos gastos.
El regreso a clases no solo es una fecha comercial: es una experiencia emocional, social y logística que las marcas han aprendido a capitalizar muy bien.
¿Qué venden realmente las marcas?
Más allá de cuadernos, uniformes o gadgets, las marcas venden tranquilidad, organización y pertenencia. Venden la idea de estar listos. De ser responsables. De cumplir.
Cada cartel, combo o descuento está diseñado para hablarle a padres que buscan control, a estudiantes que buscan estilo y a consumidores que quieren resolver rápido una larga lista de pendientes. Y mientras la promoción parece hablar de productos, en realidad habla de emociones.
Las estrategias de siempre (que siguen funcionando)
- Combos escolares: cuadernos, mochilas, loncheras.
- Promociones cruzadas: compra de útiles + descuentos en ropa o calzado.
- Pagos diferidos: meses sin intereses para tablets, laptops o uniformes.
- Campañas de compra anticipada: “Evita las filas”, “Aprovecha el precio de julio”.
Incluso marcas tecnológicas como Apple o Samsung adaptan sus lanzamientos al calendario escolar, posicionando sus productos como herramientas para aprender mejor (y rendir más).
Lo que las marcas pueden hacer mejor
En un momento saturado de ofertas, conectar implica entender el momento emocional que vive la audiencia. Algunas recomendaciones:
- No todo es descuento: a veces una buena organización o un contenido útil genera más valor.
- Conectar con el contexto real: regreso a clases implica rutina, logística, ansiedad.
- Hablar de acompañamiento, no solo venta: comunicar desde la empatía, no desde la presión.
Marcas como Office Depot o Tony Superpapelerías han creado campañas centradas en consejos, descargables gratuitos y herramientas para planear el regreso, generando engagement sin saturar de mensajes promocionales.
Más que vender, acompañar
El regreso a clases puede ser más que una carrera por llenar carritos. Puede ser una oportunidad para acompañar a quienes cargan con más que una mochila.
Porque en agosto no solo vuelven las clases: también vuelven los nervios, las rutinas y las ganas de empezar bien. Y allí, las marcas tienen la oportunidad de hacer una diferencia.
Por: Denisse Rodríguez